La vegetación como elemento arquitectónico

Al pensar en elementos constructivos o materiales de construcción se nos vienen a la cabeza los muros, los pilares y las vigas de ladrillo, hormigón o, raramente, madera, pero nunca pensamos en las plantas como opciones viables.

Pese a ser elementos que están muy presentes y ligados a la arquitectura, las plantas no son consideradas como elementos arquitectónicos de ningún tipo, pero esto podría reconsiderarse.

Si bien es cierto que en muchas ocasiones se emplean como elementos decorativos, o incluso ya comienzan a utilizarse con objetivos de sostenibilidad (En cubiertas verdes o en jardines verticales), las plantas apenas son consideradas a la hora de ejecutar muros o elementos más propiamente arquitectónicos. Sin embargos, veamos cómo se podrían incluir entre los materiales de construcción y qué ventajas y desventajas traerían consigo.


Analicemos que papel podrían jugar las plantas en las dos principales partes de un edificio.

En las construcciones se distinguen siempre una estructura, que sustenta las cargas y las transmite al terreno, y el resto de elementos, que sirven para completar los edificios, y separan o cierran espacios, distribuyen, dan o quitan luz...

Estructuras verdes

La estructura es la parte fundamental de un edificio. Esta ha de ser rígida y capaz de soportar toneladas y toneladas de peso, ya sea el suyo propio o cargas externas. Hoy en día, los materiales más empleados a la hora de ejecutar una estructura son el hormigón armado y el acero, que lejos están de ser plantas. Y, a pesar de que también existen estructuras de madera, y cada vez se van a ver más, la realidad es que realizar estructuras con plantas sería prácticamente imposible, al menos, a gran escala.

Esto se debe a que las plantas son seres vivos, muy sensibles, que necesitan de ciertas condiciones favorables para sobrevivir. En caso de no mantener estas condiciones, toda la edificación se vería comprometida, viniéndose abajo. Además, las plantas crecen, se mueven y son en cierta manera impredecibles. A pesar de que se puede prever el crecimiento de una planta, en busca del sol o del agua, parece inconcebible que se construyan estructuras que pueden en cualquier momento moverse o morir.

Sin embargo, a pequeña escala, ya encontramos desde hace cientos de años, ejemplos de estructuras realizadas con flora o edificaciones construidas sobre ella. Las famosas casas del árbol.

Casa del árbol. Fuente: Booking.com

Estas demuestran que es posible la construcción sobre una base viva, y deja la puerta abierta para que en un futuro se experimente y se consigan crear complejas estructuras enteramente hechas de plantas. Es obvio que sería necesario el modelado de las mismas a través de "tutores" (elementos rígidos que se atan a los tallos de las plantas para guiar su crecimiento), pero sería un enorme avance para la arquitectura en sostenibilidad.

En este tipo de construcciones, los troncos habrían de ser suficientemente gruesos como para poder actuar de pilares, mientras que las raíces actuarían como cimentación. En los forjados necesitaríamos ramas gruesas acompañadas de tutores a modo de viga, pero seguramente sería también necesario algún refuerzo (vigas y viguetas).

Las construcciones tendrían que ser lo más ligeras posible y se habría de construir previendo el crecimiento de las plantas o con especies que dejen de hacerlo en algún momento.

Elementos arquitectónicos verdes

Una vez analizado el papel que podrían tener las plantas en una estructura, pasamos a ver si podríamos incluir plantas en forma de elementos secundarios como muros, escaleras etc...

En este caso, al eliminar la función de recibir cargas y sujetar las construcciones, se abren muchas más posibilidades de emplear plantas como elementos arquitectónicos.

En este apartado, no tendré en cuenta la utilización de las plantas en zonas exteriores como jardines, ya que obviamente es posible, sino que analizaré como podrían introducirse elementos que hoy en día existen en nuestros jardines a formar parte directa de las edificaciones, así como sus ventajas y desventajas.

Los más evidentes y que quizás, más posibilidades tengan de pasar a formar parte de nuestras casas son los muros de vegetación. Sustituir aquellos muros ,con función separadora exclusivamente, de ladrillo u hormigón por separaciones hechas a base de plantas, como ya encontramos en las medianeras de miles y miles de jardines. Esta sería una gran forma de aportar frescura a ambientes interiores y mejoraría la calidad del aire de las viviendas. Además, abarataría los costes en materiales de construcción.

Muro de ciprés (exterior). Fuente: Planfor.com
Boceto de posible muro interior de ciprés

Sin embargo presenta también algunas desventajas. Como hemos visto, las plantas crecen y necesitan un mantenimiento regular, por tanto habría que regar y recortar la pared regularmente. Además, las plantas atraen fauna, ya sean insectos o parásitos, que pueden también ser perjudiciales para el hombre. Y cierto es que las plantas no son grandes aislantes térmicos o acústicos, como pueden ser los ladrillos o los bloques, por lo que no podrían emplearse en cualquier estancia o circunstancia.

En conclusión, se pueden incluir plantas como elementos arquitectónicos dentro de las viviendas siempre que la situación y la función que vayan a ocupar se adecue a las características de estas y otorgándoles el entorno que necesitan para mantenerse con vida.

De cara al futuro veremos las plantas cada vez mas integradas en nuestra arquitectura llegando incluso a formar estructuras parcial o completamente con ellas.

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